14 Feb Del tigre de Amalfi al jaguar de Yalí
Hace unos días decidí recorrer la ciudad de Medellín como nunca antes lo había hecho. Yo, que crecí con personas dos generaciones mayores a la mía y que he tenido la fortuna de conocer el centro de la ciudad y amarlo con pasión, nunca lo había caminado de noche. Más por miedo y por prejuicios que por cualquier otra cosa. Pero eso es tema de otra conversación.
Durante este bello recorrido de Medellín Galeria Cielo Abierto llegamos a los famosos frescos de Pedro Nel Gómez, ubicados en pleno Parque Berrío. Allí, el artista dejó plasmada lo que para él es la representación de la industrialización del pueblo antioqueño. Rostros mestizos, barequeras, hombres de traje en debates en recinto cerrado y plaza pública, recuas de mulas… y entre tantas pinceladas, un homenaje al famoso tigre de Amalfi.
La leyenda del Tigre de Amalfi hace referencia a un suceso ocurrido entre los años 1945-1950 en el municipio de Amalfi, Antioquia. El felino devoró reses, aterrorizó el pueblo y terminó con la carrera política del alcalde de entonces. Yo ya había visto los frescos antes, sin embargo, me sorprendí cuando nuestro caminante líder Manuel, dijo, “pensar que en realidad es el jaguar de Yalí”. Y en ese momento empezó mi mente a dar vueltas.
Resulta que, como se ha documentado, el animal de la mencionada leyenda no era un tigre, era un jaguar. Y como si fuera poco, los sucesos no ocurrieron en Amalfi, sino en Yalí, un municipio cercano. Es decir, durante 60 años se ha reproducido entre generaciones una historia que tiene serias alteraciones frente a lo que realmente pasó.
Y así es la vida. Cuantas historias, cuentos y sucesos pasan de un momento a otro de ser el jaguar de Yalí al tigre de Amalfi y se reproducen sin fin. Algunas veces se agrandan, generan pánico, afectan la seguridad y la tranquilidad de muchos.
Cuantas veces hoy, en medio del afán de compartir información y de estar activos en las redes sociales reproducimos contenido distorsionado que va llevando a contar historias ajenas a la realidad. Y más allá de eso, cuantas historias de lo que conocemos hoy son realmente lo que sucedió. Recordemos que la historia la escriben los vencedores, y en muchas ocasiones, esos vencedores omiten detalles para que el acto parezca más loable y heróico.
Me pregunto hoy si la historia universal escrita hace 500 o 600 años es veraz. Tal vez la realidad no es como fue, sino como la han ido narrando muchos desde su perspectiva y tanto unos como otros nos hemos despojado de detalles para llegar a depurarla y convertirla en lo que sabemos hoy.
Y es que eso es lo que va pasando señores. Los hechos siempre están narrados con el tinte de un ser humano que cuenta lo que vio desde su percepción, que reproduce una información que recibió, a veces sin siquiera verificar la veracidad de la fuente. En épocas en que el acceso a la información es instantáneo, en que durante el día múltiples sucesos son comunicados y olvidados al ritmo de un clic, en el que la fama y la heroicidad es transitoria, hay que ser un poco escéptico en todo cuanto a lo que leemos y escuchamos.
Al fin y al cabo, y como lo dijo de manera hermosa Gabriel García Márquez, ““La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”
Imagen tomada de www.viajarenverano.com
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Medellín galería cielo abierto @medellin_galeria_tour son una serie de recorridos excepcionales por Medellín. Recomendado. Pueden encontrarlos en instagram y facebook.
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